Mi Compa Chava Marisquería

Estuve en Ciudad de México hace 2 semanas, una de las ciudades mas ricas en propuestas culturales y gastronómicas en las que he estado. Más allá de tacos y moles, México también tiene una propuesta interesante de mariscos por lo que decidimos ir a probar un infaltable, Mi Compa Chava del chef Salvador “el gallo” Orozco. (A quien le apodan Chava, y viene siendo algo así como tu compa el marisquero)

Luego de ver las colas de aquellas almas que estaban en lista de espera a falta de reservación, notamos como la visita de quienes estaban sentados afuera estaba siendo amenizada por un grupo de música guapachosa bastante amena. Este solo era el pre-ambulo de un ambiente relajado y sin pretensiones que espera a sus comensales dentro. El espacio de techos altos de lámina, paredes sin repello y mesas de metal son el escenario de una experiencia sincera y genuina de punta a cabo.

Mi Compa Chava empezó a finales del 2020 como una cocina fantasma que rápidamente y a pesar de la pandemia, evolucionó como uno de los favoritos de CDMX. Desde el aguachile negro de camarón crudo hasta el ceviche tripón que viene cargado de camarón crudo, cocido, callos, pulpo y bendiciones, la propuesta de esta marisquería es para todos aquellos que buscan la felicidad. Las tostadas, grandes y voluptuosas, son las únicas que le llevan la delantera a la tan querida Dorita (Comentario aprobado y validado por el mismísimo Pablo Díaz). Probé la tostada de callos y paté de corvina, una de las consentidas y con justa razón. La frescura y suavidad de los callos en total armonía con ese sabor intenso del paté y la salsita marisquera son fuera de serie.

La barra fría como siempre es mi favorita, aunque si de algo caliente se antoja, el caldo revividor (osea levanta muertos) con camarón, tenazas de cangrejo y caracol y el taquito de botete, con botete frito y una mayonesa negra son excelentes opciones. Claro que la selección va desde tacos a platos de marisco cocinado como los camarones zarandeados que seguramente no se quedan atrás.

Aquí en Guatemala tenemos las picositas con su cebollita, cilantro y camarón, pero en México hay quienes acompañan su michelada con todo un platillo montado en el vaso. Es el caso de la cheve chola, con camarón crudo, camarón cocido, pulpo, cacahuates y una salsita marinera hecha a base de los mejores deseos. No soy de micheladas, pero esta suculenta mezcolanza es todo lo que tu día necesita después de una noche de fiesta. (Para que negar que yo la necesitaba con desesperación)

Para terminar, quisiera platicar sobre la nieve de chorro de mango enmielado de doña “licho” pero los mariscos iban y venian a un ritmo que no me lo permitió. Lo que si probé por bondades de mi vecina de plato fue el flan, y como buena catadora de flanes que soy les puedo decir que entre sabor y consistencia, es uno de los mejores.

Y así, si le gusta la comida de mar, el pique y ser feliz, este es el lugar para usted.