5 restaurantes te que mereces

Se convirtió rápidamente en uno de mis restaurantes favoritos de la ciudad. La comida es un manejo armonioso que parte de platos conocidos –de esos que ya superaron la prueba del tiempo y se ligaron a nuestros corazones– y eso más una precisa técnica lleva cada plato a un nivel sobresaliente.

Al entrar colores cálidos agradarán nuestra vista, y su simple pero puntual decoración e iluminación. Podemos escoger resguardarnos adentro, o sentarnos en la barra donde veremos preparar nuestros cócteles, o afuera en su lindo deck – ideal si hace lindo día.

Los playlist de música siempre buenos y a volumen que no distrae. Vemos el menú y su limpio diseño nos reafirma que todo aquí está bien hecho y calculado. 

Podemos pedirnos un delicioso coctel para abrir el apetito, o un vino natural, y luego un menú que a pesar de no ser extenso tiene lo necesario, como un buen playlist. Si pedimos la pesca del día vendrá un filete de corte grueso con una piel perfectamente crocante de un lado, y su suculenta carne jugosa, sutilmente cocida a un punto que pocos lugares pueden lograr.

Al final la rodaja de pay de queso estilo vasco vendrá con su centro derritiéndose lentamente frente nosotros, para que no quede duda de lo preciso de su ejecución, y para quedar con las ganas de regresar.

POR QUÉ

Porque soy fan de su nuevo menú, sus platos y tragos me hacen querer regresar con frecuencia. Por su buena selección de vinos naturales. Y porque despertó mi gusto por tomar vermut en éste lado del hemisferio.

PLATOS

– pesca del día

– arroces caldosos

– puyaso o ribeye según lo que aparezca en el menú

– pay de queso estilo vasco

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Entrar y ver el lugar por primera vez no nos va a preparar para los viajes y explosiones de sabores que viviremos aquí. Y siempre al ojear su extenso menú, nos va a costar elegir de su variedad exótica de platos con sazones tailandesas, vietnamitas y fusiones. El pho de res es uno de esos pináculos de la comida confort, pero la otra vez me pedí el de cerdo, con pork belly, rebanadas temblorosas de esa suave y grasosa carne y ahora me cuesta elegir la más conocida opción de res. Aquí hay para darse gusto con currys, noodles, rollos vietnamitas y dumplings, platos crudos desde ceviches, tartars y tiraditos… todos platos llenos de sabor.

POR QUÉ

Porque aquí voy a conseguir satisfacer cualquiera de mis eternos antojos en rotación: algún pescado o carne cruda con ácido y picante? Una sopa con noodles, chile y hierbas frescas? Alguna fritura? Pork belly? Aquí hay.

PLATOS

– sashimi de lomito

– tiradito de pescado

– sopa pho de res o cerdo

– alguno de sus currys

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De entrada el lugar tiene un diseño precioso que trae a la mente una estética japonesa en la que se mezclan elementos de piedra, madera, con plantas bien colocadas y pequeños verdes jardines lindamente podados. No sorprende que al ver las historias en sus redes sociales, muchas son de comensales que postean posando en varios rincones del lugar. El lugar nos abraza, y la comida es de la misma talla. El chef Nicolás Solanilla tiene adjunta también su Ana Cocina local que es un lugar de alta cocina. De esa misma cocina salen los platos de Niquito, su lado casual, pero uno donde la comida se prepara con la misma destreza. Los platos de Niquito son reconfortantes, con sabores familiares a pesar de verse contemporáneos y limpiamente emplatados. Suena un lindo playlist que incluye un buen seleccionado jazz clásico mientras veo el menú, y llega un coctel de hoja de higo con una sutil dulzura y el aroma de la hierba, perfecto para gozar de una buena tarde o arrancar antes de la cena.

POR QUÉ

En Niquito nos desconectamos en un lugar que nos permite sentir paz y consentir los sentidos. Podemos elegir un cuarto de luz tenue en un cómodo sofá, o mejor queremos lo opuesto y elegimos uno de sus pequeños espacios abiertos a la luz del sol. 

PLATOS

– bao de gallina

– puyazo

– plato del día

– coctel de hoja de higo

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Nanik es un pequeño lugar que está sirviendo una gran cocina de autor. En medio del área de Miraflores, en una calle a un costado del gran Centro Comercial, donde antes había una abarrotería montaron éste sencillo lugar de lindo diseño con su pequeña cocina abierta. Se siente una transparencia y calidez en su servicio. Hay unas pocas mesas pero me gusta sentarme en uno de los 4 bancos en la barra donde puedo conversar con el chef y ver cómo preparan algunos de los platos y cócteles. La coctelería –también de autor– es excelente. En la pizarra está el menú de temporada, que cambia con frecuencia. El chef maneja una excelente técnica que viene de la alta cocina pero aquí su intención es hacer comida rica sin pretensiones, y su experiencia le ha dejado una excelente habilidad para experimentar y emplatar platos que se ven lindos y con sabores que sorprenden. Habrá guisos y carnes de cocción lenta, algún plato donde los comestibles vienen envueltos en hojas, platos claramente inspirados en la gastronomía guatemalteca regional, y derrepente mencionará también el uso de alguna técnica japonesa. 

He comido muy buenas tostadas aquí, sean de hongos o de productos de mar, y se ven tan lindas que se detiene uno unos momentos antes de perturbarlas. Usa muchas verduras y productos de mar y todo lo prepara de formas muy creativas con resultados sorprendentes. 

POR QUÉ

Es un pequeño oasis gastronómico en el que se pueden degustar platos al nivel de los más altos restaurantes de autor y a una fracción del precio. El joven y talentoso chef promete mucho para la gastronomía contemporánea del país.

PLATOS

– cualquiera de sus tostadas

– ceviche

– alguno de sus carnes cocidas a baja temperatura como el rabo o pierna de cerdo

– cualquiera de sus postres

– coctel de autor

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Otro pequeño lugar con gran corazón, colorido y extra-casual, alguna vez me topé con una penca de bananos adornando su interior, además de frutas frescas y productos como quesos, crema, yogur y conservas. En la pared pintado a mano vemos su menú de licuados, y en una pizarra lo que ofrecen el día de hoy. Nestor Sical es un gran chef y aquí nos da la comida que estoy seguro comería si cocinara para él mismo o sus seres queridos. Pedimos nuestro licuado y comida al son de su playlist de cumbias y chichas peruanas. Me gusta ir los fines de semana a curar los desvelos con chilaquiles con pork belly, panqueques o alguno de sus sándwiches. Siempre pregunto por su chile casero que no falla ni en picor ni en ricura–varía según el tipo de chile que use, puede tocar de chipotle o jalapeño, y si hay suerte suerte viene uno amarillo de habanero, picoso y exquisito.

Con frecuencia llegan chefs amigos invitados a hacer colaboración. En una memorable ocasión estuvo Daniel Guzman de Toi Doi y dieron un pho-zole (fusión pho + pozole) que ha sido la mejor cura de desvelo que viví en mucho tiempo.

POR QUÉ

Los viernes sirven los mejores tacos de birria. Diríjanse sin dudarlo cuando hay caldo de res o gallina a la hora de almuerzo. La Frutería es un lugar donde uno va sin pensar y se sabe que va a comer rico y pasarla bonito.

PLATOS

– tacos de birria (sólo los viernes)

– licuados de fruta fresca

– desayuno chapín

– sandwich con huevo y pork belly

– panqueques

– eventos con chefs invitados

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