10 restaurantes para llenarse con los sabores de Petén

Doña Goya es un restaurante icónico en Petén. Ubicado en la entrada de la Isla de Flores, es un preferido de familias y viajeros. Inició como un pequeño restaurante en una casa a orillas del lago, que debido a la demanda tuvo que expandirse a un local con dos niveles y más del doble de mesas. La chef y dueña viene de una larga tradición de cocineras peteneras, lo que garantiza el sazón casero con un plus.

El restaurante ofrece una gran variedad platos, pero es famosos por sus desayunos. Todos incluyen una taza de avena, café o jugo. Mi preferido es el Omelette Petenero. Viene relleno de longaniza petenera, que es de cerdo muy bien sazonada y jugosa, y además trae “queso calavera” fundido, que es un queso Edam holandés importado de Belice. Se puede escoger entre frijoles volteados o parados, tortilla o pan. El café viene acompañado de galletitas de almidón, otra delicia petenera, cuya receta es maicena, mantequilla, azúcar y canela. En resumen, ¡Un desayuno como la gente!

Es un restaurante especial porque ofrece desayunos diferentes, abundantes y lo hace con consistencia. Muchos lugares ofrecen el “Desayuno Chapín”, pero aquí se esfuerzan por dar la milla extra, no solo en abundancia, si no también en variedad y calidad.

Doña Goya abre desde las 6 AM hasta las 9 PM. Ofrece almuerzos y cenas a la carta y también especiales ejecutivos de medio día, por si quieren pasar por un tocón, hilachas o cualquier plato tradicional de la comida guatemalteca.

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Si hablamos de desayunos diferentes en la Isla de Flores, este es el lugar que se lleva la corona. Uno de esos lugares que vino a cambiar la escena culinaria de Petén. Empezando porque casi cualquier cosa del menú se puede comer a cualquier hora del día. El menú es una creativa mezcla de dulce y salado que va desde elaborados milkshakes, panacottas y wafles dulces hasta pollo frito, tocino y pizzas. Es un local más bien pequeño a la orilla del lago con excelente vista. El ambiente es relajado y familiar. Es un lugar frecuentado por gente joven, locales y extranjeros por igual, familias y parejas.

El menú es una oda a la comida a la Americana, que mezclan dulce y salado, frituras y miel de maple. El principal representante de esto es el Combo Supremo. Un plato que incluye dos pechuguitas de pollo frito, dos huevos, tocino, medio wafle, miel de maple, un bollo de pan, frijoles y plátanos fritos. Pero no todo es para glotones, otra excelente opción son las chilaquiles que vienen sobre una cama de cremosa salsa de tomate, una capa de nachos, lascas de jalapeño, algunos elotitos Diana, lascas de aguacate, un toque de crema y encima dos huevos al gusto. En las tardes es un lugar ideal para tomar café, un milkshake, comer con una dona o una panacotta, cenar una pizza o pollo frito con los amigos.

Es un lugar especial porque ofrece platos que no encontrarán en otro lugar de Petén. El menú es variado y jamás me he encontrado con la sorpresa de que no tienen algún ingrediente. El pollo frito tiene sabor, pero no es pesado. Los wafles son a la vez esponjosos y crujientes. Las pizzas son de masa delgada. La repostería es muy buena, a mi gusto, lo mejor es la panacotta.

Si se levantaron tarde después de un día de aventuras por Petén, es el lugar ideal para un buen brunch. Las porciones los dejarán satisfechos. Después de una buena comida, pueden relajarse viendo el lago y sorbiendo su café. Ya habrá tiempo y gasolina para el tour de la tarde, porque el que peca y reza, empata.

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Yo soy de esos comelones que disfrutan comer en los mercados. Es una de las mejores formas de saborear y apreciar la cocina local de un lugar. Para esto hay que tener un estómago fuerte o la suerte de encontrar un lugar muy limpio que aún así le dé ese toque de calle, de ciudadano de a pie, a su cocina. El que busca, encuentra y tuve la suerte de encontrar Los Ranchos.

Cuando tengan antojo de un buen caldo, Los Ranchos es el lugar que tienen que visitar. En Santa Elena, cerca del mercado nuevo, está en enorme rancho está el restaurante que en un ambiente tranquilo y limpio les servirá los mejores caldos que encontrarán en esta región.

Los platos insignias son el poderoso caldo de gallina, con gallina asada y tortillas tostadas, opcionalmente con mantequilla de ajo. El caldo de panza lo hacen con achiote. Son el único lugar que conozco en Petén donde sirven cordero asado. Lo sirven como boquitas o bien como una generosa chuleta con sus acompañamientos. Normalmente este tipo de restaurantes venden los caldos los fines de semana o en días específicos. En los Ranchos estas especialidades las sirven todos los días a la carta. En el menú también encontrarán carne, aves y pescado.

Es un lugar especial por su limpieza, especialidades, sazón y la calidad de su servicio. La mejor forma de describirlo es como un comedor familiar con un plus de limpieza y servicio.

Un restaurante nuevo en Petén que no ha tardado en destacarse es Nativo. Un emprendimiento de una pareja de citadinos, en el que ella cocina y él administra, ha hecho que con el sabor y presentación de sus platos, locales y extranjeros los visiten cada vez más. Es un restaurante de cocina fusión que le hace verdadero honor al nombre.

Siempre es grato encontrarse con una chef que sorprende por la forma en que utiliza ingredientes locales y les da su propio toque. Así por ejemplo la entrada de Tostaditas y Tiradito es una ingeniosa sorpresa. Sobre un totoposte, en Petén no comemos tostadas, sirven una pasta de cangrejo sobre la que montan tomates cherry, aguacate, cebolla morada encurtida y trozos de atún. También sirven muy buen aguachirle y ceviche peruano.

El Blanco de Nativo es cosa aparte. Primero porque no es la receta tradicional y segundo, porque esa transgresión es una obra maestra. La piel está frita al punto de ser crocante, aliñada con toques asiáticos, manías tostadas y ajillo dorado. La combinación de sabores hace que uno disfrute mucho más la carne de pescado.

Lo que me encanta de la cocina de Nativo es la innovación en sabores y texturas que hay en sus platos y el hecho de que usan ingredientes locales en platos de la cocina internacional. Chaya, tziquinche’e, ramón, coshan, ixpelón, son ingredientes que encontrarán en los platos de Nativo. Elevan sus platos, como el aguachile y los ceviches, con la calidad de los ingredientes y excelente ejecución en la cocina. Un excelente lugar de cocina fusión que seguro los sorprenderá.

Ideal para llegar con la pareja o amigos a cenar con calma. Disfruten de la plática y la vista del lago, mientras llegan sus entradas. Déjense sorprender por la fusión de sabores y técnicas que les enseñarán un poco más sobre los ingredientes y recetas de esta tierra.

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Este es uno de mis rincones favoritos en la Isla de Flores. Lleva el nombre en honor al libro “El Idiota” de Dostoievski. Los dueños son una pareja de ex ejecutivos que querían retirarse en el interior del país. Pusieron este café-bar que ofrece muy buenas opciones para picar, excelente café y cócteles. El ambiente es tanto como para ir sólo con un libro o como para ir con los amigos a escuchar música suave, tomarse unos buenos tragos y echar el chambre o jugar juegos de mesa.

Ubicado en el callejón El Remolino, detrás del Castillo de Arizmendi, es común ver a los clientes madrugadores en las mesitas de afuera. El menú es principalmente tapas y opciones para picar. Mis favoritos son el chorizo riojano en reducción de vino tinto y el panini de chorizo con frijoles. La coctelería de L’Idiot es en base a café y así se pueden tomar un martini, whisky o tequila en un coctel refrescante y potente. Pidan la Viuda de L’Idiot y probarán los sabores que ayudaron a crear este sitio.

Es un lugar especial porque es de esos bares de barrio en peligro de extinción. Los dueños son quienes usualmente toman la orden, platican contigo, se echan un trago, con suerte y mucha plática al rato te invitan a otro. Es un lugar para sentarse a gusto, disfrutar picando, platicando y tomando algo para sentir menos el calor de Petén.

El ambiente es tranquilo y los hará sentirse en casa desde el inicio. Les recomiendo sentarse en las mesas de afuera o en el jardín interior. Tómense un café, hagan una pausa antes o después de ir a Tikal. Llévense un libro o un buen amigo porque es el lugar perfecto para alargar las pláticas o las lecturas hasta que te echen.

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El mejor rooftop para ver el atardecer en Flores. Así de simple. Pero añádanle buenos cocteles y un menú variado en un lugar decorado con excelente gusto. Eso es Mango’s Bar. Ubicado en la terraza del Hotel Isla de Flores, es uno de los dos bares del complejo hotelero. Es uno de los puntos más altos de la isla y por ende un sitio ideal para ver la puesta del sol mientras toman un Gin & Tonic o un mezcal.

El fuerte de este gastro pub es la coctelería y los mariscos. Yo les recomiendo el gin Flor del Itzá y o un mezcal Cielito Lindo. Hablando de comida, de entrada les recomiendo el sampler de alitas sin hueso, ideal para compartir. Los totopostes con atún son una buena opción para sentir el sabor particular de la tostada petenera. La especialidad de la casa que más me gusta es el pulpo al ajillo, bien cocinado y sazonado, no tiene nada que envidiarle a cómo se come en la ciudad.

Mango’s es el bar cool donde querés ir a ver el atardecer con tus amigos, tomando buenos tragos, comiendo abundante y bien.

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Hay veces en la vida que uno se topa con chefs sin título, sin escuela formal o mucha práctica en grandes cocinas, pero que entienden de forma perfecta en arte de cocinar y lo transmiten. Eso es Bistro Puertas del Cielo y su chef, dueño Bernie Mietelsteadt. Un local de no más de 10 mesas y menú reducido siempre es un buen augurio. Como dato curioso, los anteriores dueños del local decían que allí nació el difunto Arzobispo de Guatemala, Próspero Penados del Barrio.

Bernie es una suerte de genio loco que ha tenido mil y un oficios, pero una sola pasión: la cocina. Antes de esta aventura culinaria manejaba tours de aventura en la selva petenera. También fue el chef y piloto de Juan Carlos Sagastume cuando conquistó todas las cimas de Guatemala en tiempo récord. Lo que se aprecia en la cocina de Bernie es el respeto por los ingredientes y la correcta ejecución del plato que sirve.

En Puertas del Cielo no hay menú. A uno le preguntan, qué quiere comer. Así uno dice carne, pollo o pescado Y ellos presentan las opciones para el día. Resumido en una frase cualquier plato de la cocina de Bernie es una muestra del buen gusto con simpleza. Se ve el esmero en la selección de los productos e ingredientes. También en lo bien entrenados que están los cocineros para ejecutar los platos.

Es un lugar súper relajado, así que lleguen sin prisa. Bernie se va a sentar con ustedes, les va a platicar mientras toma la orden, irá y vendrá mientras preparan su plato y los dejará comer en paz. Les recomiendo el New York Steak con salsa de queso azul y la pasta al pesto. Si se quedaron con hambre, lo que dudo, pidan un postre y Bernie se irá a la cocina a sorprenderlos con algún truco de magia culinaria. Es sin duda el secreto mejor guardado de los mejores lugares para comer en Petén.

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También hay veces en la vida que uno se topa con chefs que han tenido una excelente formación, inquietos y curiosos. Esos chefs usan todo lo que saben y lo que siguen aprendiendo en sus restaurantes. La técnica europea conoce a la cocina ceremonial maya, eso es la Casa de Enrico. Enrico Ferulli se dedicó a aprender los platos ceremoniales mayas y mopanes para usarlos en su cocina.

En este restaurante se nota la mano de un chef que conoce de alta cocina y que sabe lo que es un servicio completo. Enrico se esfuerza por mantener vivas recetas que son desconocidas para la mayoría de los guatemaltecos. El ejemplo perfecto es el Chalkum. Un plato ceremonial de la cocina Mopán que se servía únicamente para la coronación de los reyes. Es un estofado de tres carnes en un recado de chiles secos y otras especias locales, cocinado al vapor en hojas de plátano. Va acompañado de bollitos de Chaya y mini totopostes. Sin duda uno de sus platos insignia.

Otras especialidades son el Gallina en Col y achote. Paxtó, que es pescado blanco o filete de robalo, cocinado al vapor en hoja de santamaria. Carne de casamiento, que es carne molida de cerdo y res, con papa, zanahoria, alcaparras y trozos de queso Edam. Tuche de Niño (ombligo de niño), un postre del sur de Petén a base de yuca. El menú también tiene pastas, pizzas y platos de cocina internacional.

El día que lleguen a Petén, vayan a cenar a la Casa de Enrico. Es una muy buena introducción a los sabores y platos tradicionales peteneros con un toque especial. Disfruten de la excelente cava de vinos y háganse un favor probando más de una de las especialidades peteneras mientras las brisa del lago los refresca. La noche es joven y las viandas muchas.

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El steak house tropical. Así definiría en una frase Raíces del Lago. Lo que lo hace especial es la experiencia de comer en el restaurante. Empezando por el transporte, para llegar hay que tomar un catamarán en la Isla de Flores. Uno va cómodamente sentado durante el viaje de menos de 5 minutos en el que hay que aprovechar para sacarle una foto de la isla, al atardecer y una que otra selfie para que vean que sí estuve aquí.

El restaurante está ubicado en una pequeña bahía de la Península del Itzá, a 400 metros de Flores. El local es un restaurant de playa con espacios abiertos y techados. También tiene un deck flotante con tumbonas para tomar el sol. Les recomiendo visitarlo después de la caída del sol para disfrutar de un ambiente íntimo y relajado. Durante el día es una buena opción para ir con niños y familia.

La especialidad de la casa es la parrilla. La Parrillada Raíces y el Lomito Raíces son mis recomendaciones. El primero es un excelente plato para compartir y el segundo tiene un crocante de parmesano que les sorprenderá. La Margarita de Nance es algo que tienen que probar. A la tradicional margarita le muelen trozos de conserva de nance, lo que le da un toque dulzón de la conserva y ácido del nance. Cabe mencionar que es uno de los lugares de Petén con mejor servicio al cliente.

Para pasar una noche en pareja en un ambiente cool o un día de playa con muy buena comida, vayan a Raíces del Lago. Van a impresionar a su date y si van con los patojos, ellos van a disfrutar del lago mientras ustedes se relajan viendo Flores desde la península.

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La Danta es uno de los restaurantes que más se esfuerzan por utilizar ingredientes peteneras en sus platos. Ubicado en una casa tradicional de la Isla de Flores, es un local colorido decorado con artefactos peteneras de la época en que Petén vivía principalmente del bosque.

Mi plato favorito es el Pescado Blanco. Yo soy de los que lo prefieren sudado, pero hay quienes les gusta frito. ¿Qué se le va a hacer? Lo sirven entero, mínimo de una libra, acompañado de puré de camote dulce y un encurtido típico de Petén. Cómanlo con cuidado porque tiene espinas, pero sin duda la es carne suave y sabrosa, vale la pena. También les recomiendo la ensalada de papaya verde con queso calavera rayado.

En cada plato que escojan en la Danta, irá algún producto petenero. La pimienta que usan es pimienta gorda, extraída de Uaxactún. La Chaya es otro ingrediente que mezclan con sus platos, ya sea cocida o con alguna salsa. Las empanadas con Tziquinché (hongo de oreja de árbol), son una de las mejores que probarán en los restaurantes de Petén. El menú también incluye excelentes costillas en salsa de barbacoa, pastas y otros platos de cocina internacional.

La Danta me gusta porque es un restaurante con excelente cocina, que usa los ingredientes locales de formas diferentes en sus platos. En uno de los muros están escritas muchas expresiones peteneras. Cuando vayan revísenlo y ríanse un poco de las formas extrañas en las que hablamos los de aquí.

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