Los 6 Restaurantes Cotidianos de una Gastronómica en San José

Mi nombre es Lissa, arquitecta de profesión, gastronómica de corazón y de vez en cuando hago algunos cocktails. Hace 5 años que trabajo en el rubro gastronómico en Costa Rica como consultora de comunicación para hospitalidad, hoy en día soy directora creativa en el Restaurante Isolina y fundadora de Locoto Imports, en donde me dedico a la importación de licores artesanales y vinos naturales, una empresa que me ha llevado a muchos rincones del mundo a conversar sobre bebidas y gastronomía.

En los últimos años San José ha tenido un surgimiento gastronómico, esto quizás tenga que ver con las nuevas generaciones tomando partida en lo que se debería estar priorizando: conceptos actuales, investigación del producto local, alejarse de lo industrial y masivo. Sin duda un esfuerzo que ha llevado a restaurantes como Sikwa a entrar en la reconocida lista de Latin America 50 Best, en la cual esperamos ver a algunos restaurantes más de nuestra comunidad siendo parte en un futuro cercano, pero justo hoy vengo a hablar de otro tipo de restaurantes, aquel del día a día, ese al que podés ir todas las semanas y no te aburrís nunca, en el que ya se saben tu nombre y celebran esos pequeños momentos cotidianos con vos. Aquí van mis opciones:

Para comenzar el día

Franco

Yo no sé ustedes pero lo primero que mi cuerpo me pide cuando abro los ojos es café, y si no lo estoy tomando en casa de seguro voy a estar en la barrita de Franco. Podría decir que es mi cafetería favorita, pero lo cierto es que la palabra se queda corta para todo lo que engloba este proyecto. Además de servir café de especialidad curado por su propio equipo de baristas, Franco es comunidad y cuando me refiero a ello no solo lo digo por sus comensales, sino también por sus proveedores. Actualmente Franco se enfoca en usar producto local y su menú está compuesto en un 60% por ingredientes de productores locales con prácticas sostenibles, haciéndole honor al nombre del restaurante.

¿Qué pedir? French Canadian, un clásico, tostada francesa con tocineta confitada, queso, huevos pochados y salsa holandesa, nada mejor que un momento dulce/salado. Faltó mencionar que todo el pan lo hacen en su propia panadería.

Donde usualmente me vas a encontrar al almuerzo...

La Esquina de Buenos Aires

Probablemente el restaurante al que más acudo de esta lista, La Esquina es puro confort y, realmente, el lugar perfecto para todo tipo de actividad: una cita, un almuerzo de negocios, un cumpleaños o una milanesa napolitana rápido en la barra. Ubicada estratégicamente en el centro de San José, La Esquina es una parrillita clásica argentina, repleta de cuadros nostálgicos como la ciudad que representa, tanguera, bulliciosa, llena de gente y con el olor exquisito del asado saliendo de la cocina, o sea, magia pura.

Mi almuerzo ideal es una picada, un chorizo y morcilla (el matrimonio), papitas, unos ñoquis con bagna cauda (mi “must” aquí), una ensalada de rúcula y parmesano, una empanada de roquefort y apio. Pero si son de los que quieren pedir un plato fuerte: bife de chorizo con puré mixto y, siendo realistas, casi cualquier plato del menú.

RUA

Hay muchas discusiones sobre cuál es la mejor hamburguesa de San José, para mí la respuesta es obvia. Jean Paul comenzó con RUA en el garaje de la casa de sus papás en Los Yoses. Una barra con 4 espacios solamente en donde comer, tener una pequeña conversación con los vecinos del barrio y literalmente “jalar”. RUA evolucionó ahora a un espacio más grande, pasó de ser una mini sandwichería a tener una oferta más amplia, en la cual quiero destacar 3 cosas: El mítico sándwich cubano, los Sliders y, si van a tomarse una cerveza por las tardes, los dados de queso con chutney de manzana criolla.

La cafeteada de la tarde (o de cualquier hora)

Cumpanis

Muchos conocemos a Cumpanis desde los sábados de resaca (goma, cruda, guayabo) en la Feria Verde, llegando a las 12md (justo al final de la feria) y rezando porque no se hubieran acabado las tostadas francesas o ¿solo yo? Cumpanis abrió su local al público oficialmente hace 3 años en Los Yoses, y ahora los días son mejores porque hay tostadas francesas infinitas a todas horas (y porque ya casi no tomo los viernes). Hay un antes y un después de este suceso, fielmente creo que Cumpanis vino a poner la barra alta en la panadería artesanal de Costa Rica; comernos un croissant como si estuviéramos en Francia ahora es posible. Las recomendaciones de la carta son muchas pero no se pueden ir sin comer: Croissant no. 1, Sándwich Francés.

Bonus: hace poco probé el extra de bacon jam y mi vida no es la misma.

El aperitivo perfecto

Buchón

Hay mucho que podría decir acerca de Buchón, pero si tuviera que elegir solamente una palabra diría: casa. Es curioso ese sentimiento de que un resturante pueda sentirse como tu segundo hogar y Luis Protti, en esta residencia de la Familia Doninelli de 1942, logra darnos un sentimiento de calor mientras nos pone un negroni en la mano, como dije anteriormente, casa.

El primero reto es encontrar el restaurante, que apenas tiene una pequeña B al lado de la puerta color rojo intenso, el segundo reto es elegir cual vino de baja intervención tomar, en el cuartito de vinos que se encuentra apenas se entra a la izquierda. El lugar se siente antiguo, con luz tenue, el menú con olor a cuero y las mesas con parejas que parecen estar en su primera cita. El menú consta de pequeños platitos ideales para compartir, mi selección es la siguiente: alitas con mole, palmito asado con crema de anchoas, sus clásicas albóndigas y papitas fritas, siempre papitas.

La cena usual

L’Olivo

Estos meses en San José llueve mucho por la tarde-noche, eso indica que lo único que dan ganas de comer es un spaghetti a la bolognesa, con una montaña de queso parmesano encima, entre más clásico y simple, mejor. L’Olivo es un restaurante italiano “old school”. En su espacio no parece haber indicaciones del paso del tiempo, mismo menú y misma calidad. Los asientos son pocos, el servicio es personalizado y el hecho de que en el restaurante no suene música transforma los sonidos de la cocina entremezclados con el murmurar de las mesas en el playlist de la noche.

Dentro de mis platos favoritos está la clásica lasagna de carne, linguini vongole, spaghetti bolognese y los culingionis, un clásico de la Cerdeña hecho a mano imposible de encontrar en otro restaurante en la capital josefina.

Coconut

Okay, momento de ponerse sinceros, la mayoría de las veces queremos comer en pijamas en casa viendo Netflix, y es ahí donde funciona muy bien vivir a unas cuadras de Coconut, probablemente una de las joyas culinarias de este país. Coconut es un restaurante de comida hongkonesa en donde el lechón BBQ es la estrella de la mesa, las porciones son abundantes, al igual que la concentración de sabores.

¿Qué pedir? Numero 8 (lechón, arroz jazmín y vegetales), las albóndigas de pescado y los queridos capelines de mi amigo Luciano Lofeudo, chef de Isolina.